Clases matutinas

La cosa se hacía prolongada y eso me gustaba: yo era de los de combates en los que jugaba un papel importante la resistencia. Sin embargo, me sorprendió que parásemos tanto ángel como demonio en nuestras ofensivas. Me quedé de piedra cuando vi que nuestro odioso profe se destransformaba en su forma semisilfa... Guardé suavemente mi katana en la vaina y me acerqué a él un par de pasos.

- ¿Ya está? - pregunté con tono atónito y expectante.

Según Dielf, habíamos acabado y aprobado, debido a nuestra buena maña en el combate, bueno, más bien, el cambiar de estrategia. Lo más pesado fue su discurso (yo nunca acostumbraba a hablar de ese modo). También nos anunció de no sé qué de una ceremonia dentro de dos días al ataredecer. Bueno, en un principio, eso no me importó, pero mis ojos se abrieron como platos cuando enunció que llevar traje era necesario. ¿Yo con traje? Pero si no tenía ni idea de protocolo, formalidad, cortesía y toda aquella cursilada. Miré al profe y luego al ángel. Y eso fue todo, pues di media vuelta y salí en dirección a la salida de la academia, alzando la mano izquierda para simular que me despido de ellos...

En cuanto, ya me había alejado de ellos, empecé a meditar sobre lo que podría ponerme. El aseo personal, a diferencia de otros demonios, yo lo cuidaba con cierto esmero, pero prefería la monotonía de mis ropajes y no tener que distinguirme en la sociedad (al menos, no en la de Delork-Kas). Pero bueno, daba igual. Mi comentario acerca del mandado de nuestro profe se resumió a dos palabras: CEREMONIA ZOPENCA.

Había terminado ¿ya? Después de todo el rato, por fin había terminado el combate. Vueno, la razón más sencilla era que los dos aliados contra el contrincante habíamos querido esperar y sosegarnos antes de atacar a la desesperada. Bajé al suelo de nuevo sin mostrar emociones en la cara. Me dirigí hacia Dielf, que por fin volvía estar en su forma semisilfa, junto con Azogue.

Nos explicó los motivos de porque el combate había cesado. En ese momento, como un rayo de luz pasando rápidamente por mi cara, apareció una mueca de confusión. Y más aún con lo de la graduación y sus trajes de etiquetas. Entonces me miré mi ropa. Tendría que ir a buscarme otra por que de momento de etiqueta... no tenía.

Azogue se despidió de nosotros largandose por la puerta principal con un leve levantamiento de mano. Yo recogí mis 3 dagas, revisé de si alguna flecha podría servirme aún, aunque todas estabas destrozadas la verdad, y me despedí del profesor con una pequeña inclinación de cabeza. Seguidamente alcé el vuelo y no volvería a aparecer en dos días.

Bueno, vi como mis alumnos se alejaban de la escuela y yo también decidí irme para empezar a buscar un traje de gala. En que mal momento se me habría ocurrido la idea de decirles que tendrían que venir de etiqueta. Solo lo había dicho para fastidiarles, ya que no parecía que llevasen traje muy a menudo, pero daba la casualidad que yo tampoco. Me rasqué la cabeza con pereza mientras bostezaba. Me dirigí hacia la ciudad más cercana a ver a un sastre.
Pasados dos días, al anochecer, yo ya hacía casi 12 horas que me encontraba en la academia, la cual había llenado de preciosas flores, adornándola para el día de la graduación de mis dos primeros alumnos. Yo, vestido con un traje negro, con la camisa blanca, desaliñada que se me salía por uno de los lados y estaba bien metida por el otro. También destacaba mi corbata mal atada, mi pelo alborotado, y mi cuaderno, que había adornado con una rosa negra. Esperé en la puerta, apoyado en uno de los marcos de la misma, rascándome la cabeza, aburrido y con la otra mano en el bolsillo, con las piernas cruzadas y con el hombro en la pared. La verdad es que no parecía en absoluto que fuese de traje, ya que de elegante no tenía nada. Esperé pacientemente a que llegasen los alumnos y diesemos comienzo a la ceremonia. Me entró la risa solo de imaginarme la escena con Azogue de traje, pero como escuché ruidos en la entrada, intenté disimularla.

Regresé a Delork-Kas y, con la ayuda de hermanos y demás allí, conseguí hacerme con unas prendas. Los dos días los pasé en el infierno prácticamente descansando, algo impropio de un Señor del Caos.

Finalmente, al inicio del atardecer, yo ya encaminaba mis pasos hacia la academia, donde probablmente el profe hubiera llegado con antelación. Y yo seguro que llegaba tarde...

En fin, me revisé en un momento lo que llevaba. En cuanto al color, no difería nada, pues llevaba el tono blanco. Empecemos por la cabeza: a mi parecer, creí que se me fue un poco la mano con tanto peinar, pues el pelo ya no estaba erizado, sino que estaba tendido y concienzudamente movido hacia el lado izquierdo. No me gustaba aquel estilo y, en cuanto terminase la supuesta ceremonia, me desordenaría el pelo hasta volver a quedar como antes. Podría haberme pillado un sombrero de bombín, pero tanta formalidad, ya de por sí, me abrumaba. Respecto al careto, pues seguía mostrando mi mueca de aburrimiento y pasividad incompetentes.

Pasemos al torso. Vestía un traje de algodón blanco sobre camiseta negra, desabrochado. Mientras que la corbata blanca con estampado en negro de espadas hacía juego con el traje, la flor Medianoche apegada a mi corazón lo hacía con la camiseta negra.

En cuanto a la parte inferior, pues tenía puesto unos largos pantalones blancos, pero con menos repliegues que los que solía llevar. Tenían bolsillos y eran muy estrechos, ¡qué lata! El calzado, sin embargo, no se modificó pues llevaba los mismos cómodos zapatos de toda la vida (bueno, desde hace setenta y pico años). Por supuesto, lo que jamás se me olvidaría era la katana, esta vez ceñida a un claro cinturón con una hebilla reluciente.

En conjunto, aquel traje me disgustaba pues apenas me sentía a gusto con él. Yo era de los partidarios del ''confort''. En fin, dejé a un lado los gajes de la ceremonia y terminé por llegar a la academia. A las puertas estaba nuestro odioso profesor. Me acerqué a él, le miré de arriba a abajo sin ningún comentario en concreto y volví a decir lo mismo que el día anterior:

- ¿Y bien?

Supuse que faltaba la otra alumna, así que metía manos en bolsillos y contemplé el paisaje de aquel último atardecer donde no tendría que volver a ver más aquella academia... Y no, no estaba triste, ni contento, sino impaciente...

Lo más importante era hacerme con un traje... Me las había apañado para conseguir un vestido, gracias a conocidos en la ciudad de Aelenium. Les había dicho que me lo guardaran hasta que volviera a aparecer. Porque la verdad esque me apetecía caminar conmigo misma en el Pico de la Escarcha Eterna.

Pasados dos días antes del amanecer me había apresurado hacia Aelenium volando todo lo deprisa que podia. La verdad esque no me apetecia desacerme de mi cómodo vestido blanco de seda, pero no tenía otra al fin y al cabo. Y ya que era la graduación haría una excepción.

El vestido era bastante pomposo y con un pequeño cancán. No tenía tirantes pero estaba ajustado a mi pecho lo necesario para estar bien. El vestido entero era negro, salbo la parte de los zapatos que era una línea que recorría todo el bajo del vestido alterada por dibujos de rosas salientes de la línea. Era normal que no me pusiera esa clase de vestidos, porque ahora era cuando descubría lo incomodos que eran y la razón de no ponermelos.

En cuanto al pelo había preferido llevarlo suelto. Dejando caer mi larga melena hasta la parte del omóplato. Mis conocidos se había empeñado en que me pusiera algo pero yo había insistido en que no.

Cuando me apresuré volando a la academia ya estaba el crepúsculo puesto. Antes de llegar a la entrada decidí bajar y entrar andando. Así pues crucé la puerta de la academia y me encontré con dos figuras conocidas.

De repente vi llegar a Azogue. Le miré de arriba a abajo, y inmediatamente me coloqué la mano en la boca, para disimular mi risa. No me esperaba que se peinase, y la verdad es que su pose chula y de despreocupación no quedaba muy bien con el traje. No pude contenerme más y estallé en risas mientras decía: -Ho..ola jajajajaja, estas muy elegante- y volví a estallar en risas. Justo en ese momento ví llegar a Hikari. La miré fijamente. Tampoco pude retener la risa, ya que no me imaginaba a esa chica con un vestido tan pomposo. De tanta risa se me desaliñó aun más la camisa, saliendoseme del todo por fuera de los pantalones, y la corbata se me quedó torcida. Cuando se me pasó un poco la risa les dije: -Enserio habéis venido con traje-solté dos o tres risitas más- En realidad no era necesario, pero a merecido la pena tomaros el pelo- después de reírme un poco más añadí: -Bueno, chicos, después de estas risas vamos a dentro-
Abrí la puerta de par en par y dejé entrever los pasillos de la academia iluminados todos por flores Lilin, y adornados con pequeñas florecillas de colores varios. Me había costado bastante tiempo hacer la decoración de las flores y me había quedado agotado, pero había merecido la pena. Por fin llegamos al salón principal, donde había dos sillas ornamentadas y una tarima de cedro.
-Pues ale, aqui estamos..., sentaros porfavor- les dije con una gran y amplia sonrisa mientras yo me subía a la tarima.

Apreté los puños aguantando las carcajadas de aquel flipado. Entrecerré los ojos mientras me hablaba, pero seguía sin contenerse demasiado. No me importaría desenvainar la espada y llevar este intercambio de opiniones a mejores métodos de solución, más drásticos. En fin, no hay peor desprecio que la ignorancia, así que probé contenerme y murmurar:

- Das pena...

Entre tanto, Hikari llegó a nuestra pequeña y ''agradable'' reunión. Por supuesto que a ella también la examiné... Bueno, sí, podía decir que la encontraba cursi y un poco guapa, pero yo era un demonio, no debía inmiscuirme en las vidas de los ángeles. Al menos, no para valorarlas. Resumiendo, fue un vistazo fugaz el que dirigí al ángel. Ah, y tampoco Dielf pudo evitar reírse. ¡Maldito chupatintas! Como te robe la corbata esa...

Dejando a un lado nuestro ''look'', procedimos a entrar en la academia. Había un montón de flores. Bah, demasiado recargado para mi gusto. El rollo de las flores no me interesaba en absoluto, pero hace unos años descubrí que algunas de ellas te pueden jugar malas pasadas. Yo me limitaba a seguir al mentor. Finalmente, llegamos a un salón donde había dos sillas y la tarima sobre la que se sentó nuestro odioso profesor.

En cuanto a mí, me pillé el asiento más cercano y me senté, con la vista fija en Dielf. Apoyé la espalda en el respalda, pero las manos seguían en los bolsillos. Veamos qué sería lo siguiente...

Ya había llegado a donde se encontraban ellos, tanto como para ver y oir a Dielf reirse del atuendo y las formas de llevarlo de Azogue. Hizo lo mismo conmigo, primero me inspeccionó y luego empezo a reirse a carcajadas. Le revisé de arriba a abajo y le dije un comentario en dirección a su traje:

-Tú no tienes remedio mestizo...

Una vez dicho esto, sentí como el demonio me echaba un ojo. Pues claro que yo también les había revisado enteros, nada más llegar en la entrada. Seguidamente Dielf nos dijo que le siguieramos para entar dentro de la academia.

Allí dentro recorrimos un largo pasillo. Decorado con flores y pantas de una belleza inalcanzable. No les presté mucho caso pero me sorprendí del gran trabajo que le habría llevado hacer todo eso al semisilfo. Tras recorrer el pasillo, entramos en una sala donde se encontraban dos sillas y una tarima de cedro.

Ya que el demonio se había sentado en la silla más próxima, me tube que sentar en la siguiente. A saber lo que nos depararía esta vez Dielf.

Ignoré sus comentarios, y mirándoles comencé la explicación de la graducación: -A ver chicos, lo primero, daros mi enhorabuena, por que lo habéis hecho muy bien, francamente me alegro de que hayáis sido mis primeros alumnos. -miré a Azogue que parecía aburrido- Y ya se que este discurso os importa menos que una mosca paseando por el desierto del pesar, pero aun así os tengo que decir que ha sido un placer conoceros y que espero que nos veamos en el futuro. Se que con vuestras habilidades podréis sobrevivir y destacar en Gold. Bueno, con esto dicho, os doy el graduado en la academia y espero que algún día, cuando seáis gente importante os dignéis a ver de nuevo a este pobre maestro. Esto es todo chicos, ahora, podéis iros a vivir vuestras aventuras. Mucha suerte. - me levanté de la tarima y les di un papiro a cada uno donde ponía el certificado de la graduación, a continuación y siempre sonriendo esperé que se despidiesen de mi y se fuesen. Yo me quedaría por la academia, limpiando todo y quitando las flores.

El motivo por el que nos trajo hasta aquí no fue otro que dar una pequeña explicación de esta ¿ceremonia? Pero bueno, como el profe vio que yo miraba de un lado a otro sin apenas atender un pimiento, finiquitó la conversación, nos dio la enhorabuena y nos entregó nuestros títulos, los cuales nos permitían nuevos caminos y demás tonterías.

Agarré sin vacilaciones el pergamino y miré a Dielf. Sus ojos de semisilfo ocultaban aquella otra personalidad suya, Lían. Quizá debería volver a encontrarme, puesto que podrían hacerse grandes cosas con el bellaco vampiro, como arrasar un pueblo o esclavizar un par de gentuza (a Lían para que se alimente de ellas y a mí para planes de Delork-kas). Esbocé un ligera sonrisa de las mías hacia el semisilfo y terminé por despedirme de él:

- Destacar, probablemente sí. Estoy seguro de que nos volveremos a ver, pobre maestro. Que no te vaya del todo mal... - mientras decía esto último, me levantaba de la silla y me encaminaba afuera del edificio.

A la salida del edificio, metí papiro en bolsillo y desordené violentamente mi peinado, recobrando mi normalidad en la cabeza. Tuve tiempo para contemplar que el ángel salía de la academia e iba a emprender el vuelo hacia el cielo. Tenía curiosidad por lo que iba a hacer, así que le dirigí la atención alzando la voz. Para que me hiciese caso, pronuncié su nombre y todo:

- Hikari, ¿adónde te marchas?

Dielf nos explicó el prodecimiento de la ceremonia y nos entregó unos pergaminos diciendonos que cuando destacaramos le fueramos a visitar. Cuando fuí a recoger mi pergamino, le dediqué una sonrisa de agradecimiento al semisilfo. Seguramente nos volveríamos a ver.

Me encaminé por los pasillos tras despedirme de mis dos compañeros y salí de la academia. A la entrada de esta me paré y alcé mis alas. Pero algo detuvo mi emprendimiento de vuelo. Me giré ante su comentario con expresión seria.

-Supongo que me queda recorrer Gold entero ¿no?

Ese había sido mi sueño desde que era pequeña. Pero ese no era el caso. A lo que venía era el porque al demonio le interesaba a donde iba. Entonces me vino una pregunta a la cabeza.

-¿Te apuntas?

Vi como mis dos primeros alumnos se alejaban. Sonreí para mis adentros: Hacían buena pareja.
Después de dos horas recogiendo las flores, la academia quedó exactamente igual que al principio, y cansado me dirigí hacía las escaleras de entrada. No tenía tiempo para cambiarme, asi que, con mi traje aun más desaliñado, me tumbé en los escalones y me dormí. En esa posición fue en la que me encontraron mis nuevos alumnos.

Al llegar a la academia pude observar las puertas entornadas segura mente el profesor avía llegado y yo otra vez tarde, me sorprendí de lo grandes que eran las puertas cavia sin problemas, aunque no quería darme en un ala asique por si acaso no las abriría. Cuando abrì la puerta me encontré en las escaleras el que esperara no fuera mi profesor, pues se encontraba dormido.

-ejm, disculpe a visto al profesor-

Dije en un tono sutilmente irónico, (como) diciendo que no es normal quedarse dormido en las escaleras con un traje desaliñado.

De repente, después del amanecer, empecé a notar temblores en el suelo y mi sexto sentido, es decir, Lían me avisó: -Hey chavalote, despierta que tenemos visita.-
Me dijo en mi interior. Entonces me desperté y nada mas abrir los ojos vi a una gran dragona enfrente mio. me levanté de golpe, me eché hacia atrás y tropezandome con un escalón me caí de culo. Le miré nuevamente y exclamé: -Esto... ¿tu... eres la nueva alumna?-

Se cayó de culo, intentando contener la compostura me lleve la pata a la boca y mientras me reía muy leve mente jejeje , tosí como si fuera un dolor de garganta y no carcajadas escuche su pregunta
-si-
Entonces esperando haber que me decía me tumbe, le mire fija mente a los ojos cuando de repente se me ocurrió que segura mente era el profesor y eso no molaba mucho dado de que estaba desaliñado y se acababa de despertar.

Miré a la dragona de arriba a abajo, estupefacto. Nunca habría pensado que un dragón se presentaría en mi clase. Pero bueno, era un alumno al fin y al cabo.
Me levanté y me ajusté un poco las ropas, alisándomelas, y le dije: -Bueno, pues bienvenida, mi nombre es Dielf y soy un semi-silfo. Estoy hibridado con un vampiro, pero en mi caso, que es un poco especial, ambos tenemos personalidades separadas y el se llama Lían.-
Después de mi presentación, miré a la dragona de nuevo y le pregunté:- ¿Y tu?, cuéntame además de presentarte, tu historia y que quieres hacer en un futuro en Gold.-
Esperé su respuesta ansiosamente.

(Off Rol: Quiero que el post tenga de mínimo 20 lineas XDD no te enfades pero es para que practiques)

Mientras esperaba, a ver que sucedía me respondió y mi temor fue real era el profesor pero después de presentarse parecía alguien majo y no tenía ningún problema en contestar a las preguntas así que respondí con toda sinceridad.
-haber yo me llamo nami, y como puedes ver yo soy una dragona fuerte y autosuficiente sin necesidad de depender de nadie, soy grande como puedes ver,.-
Luego me quede pensando, la verdad es que no me apetecía nada contarle mi historia a alguien a quien acababa de conocer, pues mi pasado me había dejado muchas secuelas las cuales no han cicatrizado del todo así que como disimulando lo más posible, (aunque era fácil darse cuenta) intente disimular que cambiaba de temas y me saltaba mi pasado.

-eh...Esto…haber...Si digo lo que quiero a ser en gold pues…. Esto haber que era,
Ah si yo en el futuro, lo que quiero a ser, es defender a los débiles e impartir mi justicia sobre quien creo que la merece, y para nada pero para nada me gusta la gente que ataca a otros solo por diversión, a menos que los dos estén de acuerdo-

Para mis adentros pensaba en que ojala no me preguntara diciéndome que no le había contado mi historia, la verdad es que al principio me quede muy trabada, y tarde un ratito en poder pronunciar mis palabras por culpa de los nervios pero confiaba en que se daría cuenta de que, no quería hablar del pasado y que era un tema que prefería guardar.

-si quieres te digo más datos por ejemplo mido 26 metros de lado por 26 metros de ancho obviamente con las alas extendidas sino solo mido unos, 6 metros de ancho como mi cuello y cabeza junto-
Mientras decía esto ultimo solté una pequeña risilla para calmarme los nervios, luego espere su respuesta, supuse que me mandaría a hacer otras cosas y esperaba que no fuera nada de contarle más cosas, dado que soy muy reservada, pero por lo demás me parecía un buen profesor y era normal el cómo, había comenzado la clase aun que no fuera en un aula y fuera en la entrada pero bueno, je me parecía que sería muy interesante mi estancia aquí,y seguro acabaría siendo una clase de lo más divertida o al menos eso esperaba, pero bueno mirando al profesor la verdad es que parecía organizado y lo de estar desaliñado debía ser casual y no culpa suya.

Después de lo que me dijo, supuse que no quería hablar sobre su pasado, asi que no le pregunté más sobre ese tema. La miré a los ojos y le dije: -Bien, ahora me gustaría que si tienes alguna pregunta en concreto me la digas porfavor, intentaré resolverla como pueda. Puedes preguntarme sobre flora, fauna, historia, religiones, costumbres o lo que quieras sobre Gold. También puedes hacerme cualquier pregunta personal.- Con esto le sonreí, y me acerqué un poco más a ella. Era bastante bonita y sus escamas brillaban al sol. Nunca había tenido un alumno tan grande, e impresionaba un poco, pero haría todo lo posible por que ella no lo notase, por si se ofendía.

Me dijo que si quería le podría preguntar sobre lo que quisiera la verdad no tenía ninguna duda ni pregunta pero, si que me interesaba preguntarle algo:
-(me reí)-
Antes de poder preguntarle me reí mucho y no pude, además el se me había acercado

-Ha... esto… sí que es lo próximo que vamos hacer, no tengo ninguna duda, ni pregunta solo ganas de graduarme-

Murmurando dije:

-Aunque no me importaría que darme mas tiempo jejeje-
Fue lo suficiente mente bajo para que solo oyera palabras sueltas o casi nada aun estando cerca

Me respondió que no, que lo único que quería saber era que es lo que haríamos, y añadió algo más, pero no llegué a entenderlo. No le di mucha importancia, y sonriendole le respondí: -Pues, la verdad es que me gustaría pedirte una cosa si no te importa antes de empezar con la clase de lucha- me sonrojé un poco, por que era un poco violento pedirle esto a alguien que acabas de conocer, pero quizás sería mi única oportunidad.- esto... ¿Te importaría llevarme volando a lomos un rato?- Diciendo eso, saqué mi pluma y mi cuaderno, rogando por una respuesta afirmativa. El volar era algo que jamás había experimentado, y sería una gran oportunidad para coger ideas y sensaciones para mi libro.

Me sonroje jijiji, entonces le dije
-Por supuesto que si, sube-

Dije mientras posaba un ala en forma de rampa para que subiera.

-¿A donde quieres ir? , algún lugar en especifico.-

Mientras esperaba su respuesta, no sé porque pero…bueno nada importaba, además ya sabía que luego tocaba la clase de lucha, y eso... La verdad…

Me dijo que si, y me alegré enormemente. A continuación, y usando una de sus alas para subir, me desplacé hasta su cuello con cuidado de no hacerle daño con los zapatos en el ala. Una vez arriba me agarré a las escamas de su cuello y pasando una pierna por cada lado, me posicioné bien para no caerme. Después de eso saqué mi cuaderno y mi pluma, abriéndolo y me preparé para escribir.
Nami me preguntó que a donde quería ir, a lo que respondí: -Pues la verdad, lo que tu quieras- empecé a reirme- Al fin y al cabo tu eres la piloto ¿no?- me reí un poco y esperé a su respuesta, impaciente por despegar el vuelo.

Como podíamos ir a donde quisiéramos, no le respondí. Salí de la entrada de la academia y dije:

-Agárrate fuerte-

Y despeguè . Dando un gran salto, con una velocidad de vértigo, cuando llegamos a la altura media ni muy alta ni muy baja , (para no darme contra objetos) empecé a volar lenta mente para que pudiese disfrutar de las vistas, no nos alejamos mucho como máximo 5 kilómetros.
-¿Qué tal te gusta las vista?-

Dije sonriéndole.

(Off Rol: Vale nami XD veamos, y lo siento por tardar, pero me pone de los nervios que me discutan cosas que no saben XD bueno a lo que vamos, los errores:

-Después de "no le respondí" y antes de la mayúscula falta un punto.
-En "agárrate fuerte" Hay que empezar con mayúscula ya que es inicio del diálogo.
-"despegue" tiene tilde en la última e.
-Después de "velocidad de vértigo" iría un punto y una mayúscula, ya que lo siguiente ya sería otra frase.
- La frase: "para no darme con los objetos" al tratarse de una aclaración va entre comas.
- "polar" sería volar.
-"coma" sería como.
- "Que tal te gusta la vista" Sería con interrogantes ya que se trata de una pregunta.

Eso es todo nami XD escribe con cuidado que ya estás mejorando, y acuerdate de las tildes XD venga ¡ánimo y poco a poco! Y escribelos un poco más largos XD)

off rol:ya lo edite edite.